Olivo silvestre nos llaman, no cultivados para llegar
a gran altura, frutos reducidos con ramas espinosas con sus hojas pequeñas y
con menos aceite que el olivo cultivado así somos llamados los creyentes.
Un pueblo gentil que clama por una nación pequeña.
No nos ven como hermanos ni aun como parientes cercanos, somos injertados
unidos a su raíz santa y con una rica sabia de su olivo1 a
causa de su incredulidad un pueblo gentil se sostiene por la fe.
Un pueblo gentil que comparte un padre espiritual llamado
Abraham elegido por DIOS, un olivo que se entrelaza como un solo Reino, la gracia
reina por la justicia para la vida eterna por medio de Jesucristo 2.
Como sombra de árbol de olivo somos los creyentes,
extendemos nuestras peticiones como ramas naturales y nuestra oración como
aceite de unción, clamando que DIOS te bendiga y te guarde, DIOS resplandezca
su rostro sobre ti y tenga de ti misericordia, alce sobre ti su rostro y ponga
en ti paz 3.
1 Romanos 11:17
2 Romanos 5:21
3 Números 6:22-27