Es creer en esperanza contra esperanza ,cuando la escuchamos anhelamos el tiempo de recibirla, La abrigamos y empezamos a caminar bajo señales como si fuera una cuenta regresiva.
Tarde para nosotros, aunque para DIOS no hay tiempo, entonces empezamos amar mas la promesa que a Dios. Solo caminamos para obtenerla nos imaginamos como debería ser, aun como nuestros enemigos se desfigura su rostro, porque no nos enteraremos de ellos, pero ellos si conocerán que ha hecho Dios con nosotros.
Cuando la tomamos por voluntad propia y nos escudamos que nos pertenece, es fácil equivocarnos la ensuciamos, estropeamos y como resultado la perdemos. La belleza de la promesa no es la promesa misma es más bien como El Espíritu Santo nos va edificando para llegar a ella.
Los que aprenden con paciencia es como un alumbramiento en cada señal profética, es natural, dolorosa y nuestra alma descubierta ante DIOS, los incrédulos se burlan de nuestra espera y opinan sobre nuestro fin, los mas cercanos nos tienen compasión esa compasión combinada con defraudación, pero guardan silencio por el amor que nos tienen.
Las promesas del SEÑOR son puras como plata refinada en el horno purificada siete veces
Su palabra nos da aliento para seguir esperando nuestra promesa.