Me bañaron y vistieron con un vestido hecho de retazos, medias
blancas y los zapatos de charol negro, se enmudecieron no dijeron nada,
levantaron sus cabezas mostrando honorabilidad y orgullo, se miraron fijamente
como si ya conocieran sus acuerdos de por vida.
Pero quien puede callar el vacío que crece contigo,
buscando una respuesta en lo que no había explicación, porque la honorabilidad
y el orgullo son cómplices mas dolorosas que la misma violación.
La memoria es ausente, imágenes casi borrosas, fantásticas
o heroicas se va quedando en la mente como una verdad, divagas entre la imaginación
y la realidad es como un calmante para ese vacío abismal que no se detiene.
Es un pacto entre muchos donde todos saben, pero nadie
recuerda nada, como si fueras un despojo o reciclaran tu alma. ¿¡Pero acaso no fue
Dios quien me formo? mis entrañas y me hizo del vientre de mi madre[1],
siendo abortivos o no somos creación de EL.
Dios me limpio, me viste con lino fino, adorno mi cabeza
con una corona y me dijo no temas, no te avergüences, no serás más confundida[2].
No enmudeció me llamo su novia, me
enseño como perdonarme a si misma, me dijo que debo perdonar, por qué hará justicia
e ira detrás de nuestros enemigos, pero su amor es tan grande que les brindara
arrepentimiento.
La honra y valor no se aprende en el silencio, se aprende
en el amor de DIOS, mostrando un reino en los cielos donde hay justicia, paz y
gozo en el Espíritu Santo. Recordé el hecho, las imágenes ya no eran vagas y entendí
los pecados de mi juventud, las iniquidades que me perseguían aun cuando no había
nacido[3].
Abrió mis ojos y vi la angustia de mis verdugos, llenando
sus vidas de riquezas materiales, pero en realidad eran pobres y buscaban redención
en la compañía o en la misma soledad, pero su vacío era mas grande de lo que
fue el mío, su honorabilidad y orgullo los alimentaban, un día llego la
fractura de su alma como prueba de la enfermedad.